miércoles, 20 de marzo de 2013

TRATAMIENTO DE LOS VERTIDOS DE LIXIVIADOS DE VERTEDERO MEDIANTE TECNOLOGÍA MBR


Los lixiviados de los vertederos de residuos sólidos urbanos, tienen una composición muy variada debida a su procedencia heterogénea, como pueden ser los líquidos contenidos en los envases, los productos líquidos de la degradación orgánica de los residuos o las aguas de lluvia que percolan y se contaminan por el contacto con los residuos.

La mezcla de estos residuos líquidos da como resultado, un vertido caracterizado por su alta contaminación orgánica y por su elevada concentración en compuestos del nitrógeno. Además de toda esta amalgama de efluentes contaminados hay que tener en cuenta otra variable, el tiempo, que modifica las características contaminantes del lixiviado: por ejemplo, la biodegradabilidad disminuye con el tiempo (los lixiviados se clasifican, precisamente, según la biodegradabilidad del mismo, en joven, medio y viejo).

No hay una técnica general que sirva para todos los casos que se presentan en el tratamiento del lixiviado del vertedero, sino que, dependiendo de cada caso concreto la solución será una u otra. Así, la forma en que se resuelve la dificultad que plantea el sistema de depuración, variará según los diferentes condicionantes que afectan al diseño y construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, como pueden ser la legislación aplicable, las características contaminantes del vertido o el volumen de efluentes a tratar, por citar algunos de ellos.

En efecto, para efluentes altamente contaminados y de escaso volumen, el evaporador es una solución ventajosa frente al resto de tecnologías; a medida que aumenta el caudal diario de vertido, hay que pensar en otras soluciones cuya inversión y explotación sea menor que la evaporación, como puede ser el tratamiento biológico.

Dentro de los diferentes tipos de tratamientos biológicos, los sistemas MBR (Membrane Biological Reactor) poseen una serie de virtudes que lo convierten en una aplicación muy interesante para estos casos.

La peculiaridad de los sistemas MBR se encuentra en la sustitución de los decantadores secundarios por membranas de ultrafiltración, consiguiendo dos cosas: la primera, una separación sólido – líquido muy eficiente; la segunda, aumentar la concentración en los reactores biológicos. Esto, que a primera vista puede ser muy atrayente, tiene sus inconvenientes. Entre sus virtudes encontramos la mejora de la calidad del efluente, la disminución del volumen de los reactores y la disminución de la producción de fangos al trabajar con una mayor edad de fangos. Sin embargo, los sistemas MBR no son la panacea de la depuración de las aguas residuales: también tiene sus inconvenientes. Sin ánimo de ser exhaustivos, podemos citar algunos de ellos: la disminución del coeficiente de transferencia de oxígeno - con el consiguiente aumento del consumo energético -, el aumento de la temperatura en los reactores cuando tratamos vertidos con alta contaminación orgánica o, lo que es más importante, el traslado de los problemas de decantación de los sistemas clásicos, a la filtración. Los problemas de filtración se deben al ensuciamiento que producen en la membrana la acumulación de EPS, sustancias poliméricas extracelulares. El ensuciamiento de las membranas en los procesos MBR es el verdadero caballo de batalla de esta tecnología, especialmente por los costes energéticos que origina. Entre los factores que influyen en el ensuciamiento de las membranas se encuentra la microbiología del proceso, la concentración de sólidos biológicos y la viscosidad de los lodos, con lo que una de las ventajas del proceso MBR, como puede ser la elevada concentración de sólidos del licor mezcla que redunda en el volumen del reactor, entra en conflicto con una limpieza adecuada de la membrana.

Ahora bien, sin ser la piedra filosofal que convierte en oro el plomo de las aguas contaminadas, valga la metáfora, su aplicación en ciertos campos, como puede ser el tratamiento de lixiviados de vertederos, los convierte en una buena solución.

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